Reflexión: legitimidad y valor democrático de la Mesa
En Colombia existe el derecho constitucional a la libre asociación, lo que permite a cualquier persona agruparse y constituirse como miembro de una fundación, asociación o corporación (en caso de ser sin ánimo de lucro). No obstante, en el marco del proceso de conformación de la Mesa Nacional de la Sociedad Civil para las Migraciones de Colombia, esa figura jurídica puede ser legal pero inconveniente, porque bajo esa naturaleza cualquier grupo de ciudadanos podría conformar infinidad de mesas corriendo el riesgo de que se atribuyan el nombre y la representación de la sociedad civil para las migraciones con el agravante de violentar un proceso que debe ser abierto, público, transparente, incluyente y participativo.
Ese tipo de acciones contrarias a la voluntad de la sociedad civil inmersa en el proceso de conformación de la Mesa que inició el 29 de abril de 2016, generan rechazo pero sirven para reivindicar la legitimidad y el valor democrático de la Mesa.
Sobre lo primero, quiero diferenciar entre legalidad y legitimidad ya que no significan lo mismo aunque lo parezca. La legalidad se asocia con un ordenamiento jurídico o con un sistema de normas y leyes; mientras que la legitimidad se relaciona con un mandato ético donde se reconoce un poder dentro de un marco jurídico y normativo, es decir, el reconocimiento de un mandato dentro de la legalidad.
Cuando el poder se ejercía a la fuerza, era legal defender las tiranías (con ejércitos y dioses), sin embargo, la democracia nació para dar un salto sobre esa idea y se convirtió en la instancia legitimadora por excelencia del poder. Hoy en día, la ciudadanía legitima los poderes cuando democráticamente se somete ante ellos. Es justo ese valor democrático el que debemos proteger en el proceso de conformación y funcionamiento de la Mesa.
Para evitar la germinación de miles de seudomesas que se autobauticen y se autoproclamen así mismas como mesas nacionales de la sociedad civil para las migraciones, es inminente presionar e indagar a Cancillería para que no solo defina cuál debe ser la naturaleza jurídica de La Mesa sin caer en las redes de los intereses particulares, sino que también diga cómo se va a reconocer la legitimidad de la Mesa Nacional de la Sociedad Civil para las Migraciones ante los poderes públicos del Estado colombiano.
Durante décadas se han venido construyendo políticas públicas sin tener en cuenta a los migrantes. Muchas de esas políticas suelen elaborarse desde escritorios evadiendo a la principal fuente de información, transformación y solución que es “el migrante”, es decir el que tiene la experiencia migratoria para identificar, proponer, resolver, participar, decidir y evaluar las acciones que el gobierno emprende sobre su futuro y su vida.
Ahora, que por primera vez en la historia, se está hablando de migración con migrantes y se abrió un espacio de diálogo entre sociedad civil y Estado; ningún sentido tiene que las herramientas para hacer efectivo ese diálogo (como puede ser la Mesa Nacional de la Sociedad Civil para las Migraciones) carezcan de valores democráticos.
La reflexión es simple pero decisiva; permitir que la la voluntad tirana doblegue los anhelos de la ciudadanía, es permitir que todo siga igual. La migración colombiana no lo puede consentir.
Contexto: el primer encuentro y la hoja de ruta
El 29 de abril de 2016 se celebró, en el Palacio de San Carlos de Bogotá, el Primer Encuentro de la sociedad civil colombiana para las migraciones. Dicho evento fue organizado por el Ministerio de Relaciones Exteriores a través del programa Colombia Nos Une con el patrocinio de la Organización Internacional para las Migraciones OIM.
El primer encuentro contó con la participación de diversas organizaciones académicas, no gubernamentales, instituciones, voceros de la comunidad colombiana en el exterior y de las comunidades indígenas, miembros del Consejo de Paz, extranjeros en Colombia, organizaciones de la sociedad civil y ciudadanos. También estuvieron presentes miembros de la Cancillería, de la OIM y del poder legislativo pertenecientes a la circunscripción especial para los colombianos en el exterior.
El objetivo de la reunión fue generar propuestas y recomendaciones acerca de la Ley 1465 de 2011 (con la cual se creó el Sistema Nacional de Migraciones) y elaborar una hoja de ruta orientativa para la conformación de la Mesa Nacional de la Sociedad Civil para las Migraciones.
Posterior a ello, se deduce que la Mesa está en proceso de conformación, tal como lo informó Cancillería, por medio del programa Colombia Nos Une, cuando socializó la hoja de ruta mediante un video pedagógico que publicó el 16 de Julio de 2016.
Las acciones a seguir según la hoja de ruta creada a partir del Primer Encuentro para la Conformación de la Mesa Nacional de la Sociedad Civil para las Migraciones son los siguientes:
- Socializar la Ley 1465 de 2011 y la hoja de ruta creada a partir del Primer Encuentro para la conformación de la Mesa.
- Convocar para enviar propuestas sobre cómo debe conformarse la Mesa.
- Analizar y divulgar las propuestas sobre la conformación de la Mesa.
- Decidir la estructura y funcionamiento de la Mesa.
- Concertar entre la sociedad civil los escenarios de conformación de laMesa
Conclusiones
- La Mesa Nacional de la Sociedad Civil para las Migraciones no se ha constituido y corresponde a la ciudadanía decidir sobre su conformación, estructura y funcionamiento.
- Es deber de la ciudadanía proteger el valor democrático y la legitimidad de la Mesa, mediante hechos coherentes de ética, transparencia, apertura, inclusión y participación.
- Es hora de que la Cancillería se pronuncie sobre la naturaleza jurídica y el reconocimiento legítimo de la Mesa.
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